El Dodge Charger eléctrico se hace realidad

Era cuestión de tiempo para que incluso los muscle cars pasaran a la propulsión por baterías, aunque el nuevo Dodge Charger no abandona la combustión

Después de un par de años esperando el resultado que parecía todo un sacrilegio, el nuevo Dodge Charger eléctrico se presenta en su versión de producción, después de casi dos décadas del último modelo completamente nuevo.

La nueva plataforma viene con cambios radicales para un modelo tan tradicional como el Charger, más allá de la variante impulsada por baterías, pues por primera vez ofrecerá tracción a las cuatro ruedas de serie y mantendrá la oferta de mecánicas de combustión, sin un V8 a la vista.

Tal y como lo esperábamos, será el 6 cilindros en línea Turbo, bautizado como Hurricane, el encargado para hacer que el Charger no pierda su esencia con potencias de 420 y 550 caballos de fuerza que se unirán a la gama el año siguiente.

Mientras tanto, el diseño mantiene esa conexión mágica con el modelo de los años 60s, ahora con nueva cara rectangular donde alberga ópticas y parrilla, así como una marcada silueta atlética que también ofrecerá carrocería de 2 y 4 puertas y calaveras  que abarcan todo el ancho del modelo.

Músculo eléctrico

Las mencionadas variantes de combustión serán conocidas simplemente como Charger, mientras que los eléctricos reciben el apellido Daytona y, gracias a la plataforma STLA, utilizan una arquitectura eléctrica de 400V, con un par de motores eléctricos y paquete de baterías de 100.5kWh para generar 496 hp en el R/T y 670 hp para el Scat Pack. Cabe aclarar que, una variante de alto desempeño denominada Banshee se unirá más adelante con un sistema eléctrico de 800V y mucha más potencia.

Para no perder su carácter, ambos Charger eléctricos cuentan con el sistema “de escape” Frantzonic Chambered Exhaust para generar un sonido que recuerde a los afamados motores V8 Hemi de Dodge.

Como es de esperarse, el interior integra gran carga tecnológica con su par de pantallas con una unidad de hasta 16 pulgadas y cuadro de instrumentos de 12.5”, con sistema Uconnect 5 y su gran conectividad sin cables, con detalles que no sueltan esa herencia con el modelo clásico, como la palanca de cambios pistol grip en la consola central.

Seguramente, será hasta el 2025 que lo veremos rodando en calles mexicanas, posiblemente con las variantes de gasolina por delante.