La situación de Volkswagen sigue muy complicada en su tierra natal, con casi 100 mil empleados dejando sus herramientas para protestar sobre los ajustes propuestos
El ambiente en la industria automotriz está muy complicado, sobre todo para empresas como Volkswagen, específicamente en Alemania, donde el pasado lunes, casi 100 mil trabajadores se unieron en una huelga en 9 plantas, para protestar por los recortes propuestos para “salvar la empresa”.
El sindicato de trabajadores IG Metall, reportó que 98,650 empleados dejaron sus herramientas, es decir, el equivalente a un poco más de la capacidad del Estadio Azteca, resultando en la interrupción masiva de la productividad alemana.
Contrario a lo que vimos en las huelgas de la UAW en Estados Unidos, la protesta permitió que Volkswagen fabricara algunos autos el pasado lunes. La acción de los empleados involucró a trabajadores del turno matutino, quienes hicieron huelga durante un par de horas y los del turno vespertino, salieron antes de su final de jornada, según reporta Reuters.
Los trabajadores de Volkswagen están descontentos con los planes propuestos por la empresa para ahorrar recursos, que incluyen pedir a los empleados que acepten recortes salariales, despedir personal y cerrar plantas por primera vez en 87 años de historia de la compañía.
Por su parte, el sindicato IG Metall ofreció a Volkswagen una forma de ahorrar 1,500 millones de euros a través de la renuncia de bonificaciones para 2025 y 2026 y desviando los aumentos por edad a un fondo para permitir la reducción de las horas de trabajo durante los periodos de exceso de capacidad.
Sin embargo, Volkswagen rechazó la propuesta, alegando que solo ofrecería un alicio a corto plazo, que terminaría obligando al sindicato a convocar una huelga y, habrá una nueva ronda de negociaciones para el próximo 9 de diciembre.
Como habíamos comentado, le principal problema de Volkswagen es la reducción de la demanda en China, el mercado que aporta la mayor cantidad de ganancias para la compañía, además de enfrentar la baja demanda de EVs incluso en Europa y Estados Unidos, llevando a su jefe de finanzas a declarar que la marca solo tenía “un año o quizás, dos” para salvarse.
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