Manejamos la nueva pickup de Nissan, como se debe, sorteando obstáculos
Después de conocer las mejoras, actualizaciones y precio ($1,066,900) de la renovada Frontier PRO-4X 2025 en México, Nissan nos llevó a confirmar sus capacidades en una ruta todoterreno, y una muy seria, para cruzar, desde el Ajusco, hacia La Marquesa a las afueras de CDMX, literalmente “por el cerro”.
La oferta de camionetas de la marca japonesa es una de las más amplias, con productos pensados para cumplir con las expectativas para el trabajo, para la combinación de familia y negocio y, con la V6, un enfoque muy marcado para disfrutar de este tipo de caminos.
La construcción y configuración mecánica lo deja en claro: un chasis tubular con carrocería montada, suspensión de eje rígido con amortiguadores Bilstein y un carismático motor V6 de 3.8 litros, naturalmente aspirado, justo lo que se necesita para enfrentar los caminos que sí o sí tendrán que ser enfrentados, cuando se acaba el asfalto.
Las mejoras para el año-modelo 2025, permiten que travesías que requieren adentrarse por completo en la naturaleza, puedan hacerse de la manera más cómoda y tecnológica posible. Desde una mejor pantalla de 12.3” con conectividad inalámbrica a Android Auto y Apple CarPlay, con cámaras 360 y líneas virtuales que permiten guiar nuestra trazada, hasta las monturas de carrocería hidráulicas, que aislan de mejor manera cualquier imperfección del piso, están presentes en la nueva mediana de doble cabina.
Reto cumplido
Es impresionante lo mucho que cambia el paisaje a solo unos minutos de la Ciudad de México, como también las capacidades que se deben de encontrar en un vehículo para disfrutar la experiencia de manera adecuada.
Afortunadamente, la altura libre al suelo de 218 mm y los ángulos de entrada y salida de 32° y 23°, respectivamente, hicieron que, con ayuda de un spotter (persona que dirige el curso en un trayecto fuera del camino), lograremos pasar por donde no parecía haber camino, solo rocas y el lecho de lo que, alguna vez al año, se convierte en un riachuelo.
Si al salir a la terracería, la puesta a punto de la Frontier V6 cobra mucho sentido, al circular a un promedio de velocidad por debajo de los 5 km/h, aún más. Pasamos sobre enormes piedras y superficies con lodo, provocado por la repentina caída de granizo y aguanieve, y vemos que el comportamiento de la Frontier V6 es brillante: las llantas, la dirección, la facilidad de utilización de la caja de transferencia, el bloqueo de diferencial, las cámaras del Around-View Monitor y, principalmente, el empuje tan gradual del V6. Todo hizo que fuera una experiencia muy disfrutable estar en ella, manejando o no.
La Frontier V6 deja en claro que, en lugar de complicar las cosas con mecánicas turbo o híbridas, el refinamiento del chasis y de un V6 que controla muy bien su empuje para estas situaciones sigue siendo una solución excelente. Y en equipo que va ganando, no se hacen cambios.
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