El súper sedán de la marca alemana adopta la electrificación, aunque el peso de casi 2.5 toneladas, no lo hace más rápido que su antecesor
Siguiendo con la oleada de modelos nuevos, BMW presentó al nuevo M5, cuya principal novedad es que por fin adopta la electrificación, con un tren motor híbrido enchufable y un estilo musculoso y agresivo que seguramente, generará mucha controversia.
Tal y como esperábamos, el diseño sigue la tendencia de los demás modelos M, con elementos agresivos y prominentes en fascias y salpicaderas, acompañados de una parrilla iluminada con los “riñones” unidos entre sí que añaden múltiples de los sensores ADAS y por eso solo tiene aberturas en la parte baja de los mismos.
Las ópticas son más afiladas con elementos diurnos dobles en cada lado para mantener esa identidad en el modelos y, se unen a una fascia con una enorme entrada de aire, terminada en negro brillante, coló otros elementos encontrados a lo largo de la carrocería.
Por su parte, las salpicaderas ensanchadas dan una mejor postura al sedán deportivo, junto con los rines de nuevo diseño que son de 20 pulgadas al frente y 21 atrás, envueltos por llantas de alto desempeño y se complementan por una parte posterior con un difusor de grandes dimensiones que alberga la salida cuádruple de escapes.
Dentro de la cabina, los cambios son tal cual los imaginamos, luciendo el tablero que ya conocemos de los modelos la Serie 5, con diversos elementos como insertos de fibra de carbono y costuras con los colores M en distintas partes.
Sin embargo, no existe, hasta el momento, una opción de asientos deportivos de obra de carbono, sino que se mantienen los asientos M Multifunción, con un mejor balance para viajes largos y soporte para su uso en pista, que se pueden configurar con diferentes materiales y colores.
Asimismo, existe iluminación ambiental específica para el M5, con el sistema de infoentretenimiento que consta de dos pantallas, una de 12.3 y una segunda de 14.9 pulgadas con el más reciente sistema operativo que integra conectividad a plataformas de teléfonos móviles, pero al mismo tiempo, elimina muchos de los controles físicos en el interior.
Ahora bien, bajo el cofre, la marca bávara mantiene al V8 de 4.4 litros turbocargado, integrando un sistema eléctrico, que eleva la potencia combinada hasta los 717 hp y 738 lb-pie de par, una mecánica similar a la de la XM.
El complejo propulsor es controlado a través de una transmisión automática de doble embrague y 8 velocidades, con tracción a las cuatro ruedas, permitiendo, a través de distintos modos de manejo, enviar todo el torque a las ruedas traseras, gracias al diferencial activo M.
Al igual que la XM, el M5 PHEV hereda una fuerte pisada ante la báscula, registrando 2,445 kg, lo que se traduce, con todo y la potencia extra, a registrar una aceleración de 0 a 100 km/h en 3.5 segundos, dicho de otra manera, más lento que su predecesor.
Claro que, al ser un M5, el sedán deportivo cuenta con muchísimos elementos que lo hacen realmente especial, como el sistema de re-engranaje de la transmisión para aumentar el torque efectivo al momento de una fuerte aceleración.
También, la suspensión fue desarrollada específicamente para el modelo con amortiguadores controlados electrónicamente y dirección en el eje posterior, que buscan sumar agilidad en el nuevo M5, sin dejar de lado a los sistemas de frenos y escape deportivos.
Ahora bien, al ser un PHEV con un paquete de baterías de 18.6 kWh de capacidad, el nuevo M5 también pude circular de manera 100 por ciento eléctrica en un rango entre 67 y 69 km.
Después de la presentación, el nuevo BMW M5 hará su debut oficial durante el Festival de la Velocidad de Goodwood en Reino Unido, iniciando su producción durante el mes de julio, esperando su disponibilidad en mercados como el de México en el último trimestre del año.
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