Sergio Oliveira
Siendo sinceros, somos esclavos de la belleza. Esto es válido para básicamente todo en la vida, de la vista desde tu ventana, hasta la forma de tu auto y, principalmente, tu pareja. Con mucha frecuencia sacrificamos comodidad, dinero y hasta seguridad, con tal de exhibir al mundo lo bonito que es el coche en que andamos. Uno de los mayores ejemplos es el Lamborghini Countach 1985, un auto en el que, para echar reversa, habría que abrir la puerta (que por fortuna abre hacía arriba), sentarse en el estribo con un pie afuera y mirar directamente hacia atrás, usando el inmenso alerón como guía, ya que ni así era posible ver bien hacia atrás. Pero todos los de mi generación y algunas anteriores (hasta posteriores) tenían o querían al menos un poster del Countach en la pared de nuestros cuartos. Sin llegar a este extremo, hoy pasa algo similar con el tamaño de los rines de nuestros autos.
Los hombres siempre hemos tenido una relación al menos complicada sobre el tema de los tamaños. Uno una épica en la que todos queríamos tener más chico… el celular. Luego pasamos a desear el mayor posible. Seguimos hablando de celulares, que quede claro. La mercadotecnia tiene mucho que ver, obviamente, pero en temas de diámetro de rines y neumáticos, pienso que el asunto se está saliendo de control.
Sí, un auto se ve más bonito con unos rines de 19 pulgadas que con uno de 15. Mientras mayor el vehículo, mayor debe ser el rin. Una Cadillac Escalade se vería ridícula con unos rines de 16 pulgadas, pero aquí el tema no es solo estético, también es de seguridad. Unos rines mayores dan espacio a frenos de mayor tamaño y eficiencia, aunque la realidad es que los fabricantes no siempre aumentan el tamaño de los frenos de manera proporcional al de las ruedas.
También los neumáticos son más seguros si son mayores. Casi siempre. Porque en general una llanta de mayor diámetro es también más ancha y esto significa mayor superficie de contacto ella ella y el piso.
Menos revoluciones, pero mayor costo
Llantas de mayor diámetro también implican que un auto necesitará menos revoluciones para circular. Entregan mayor estabilidad al vehículo, principalmente con piso resbaloso.
Sin embargo, ruedas mayores son más pesadas, por lo tanto consumen más combustible y el costo de reposición de los neumáticos es considerablemente mayor. Por ejemplo, el costo de unas llantas de 20 pulgadas, en México, pueden variar entre 3,600 y 4,500 pesos o más, dependiendo de la marca y el tipo elegidos. Cuando vamos por unos rines de 22 pulgadas ese precio salta a 7,500 por los más económicos y rompe la barrera de los 10 mil pesos por cada uno de esos neumáticos.
La tendencia no se acaba ahí. La nueva Lincoln Navigator, por ejemplo, puede tener llantas de 24 pulgadas en su edición Ultra Black Label. Una búsqueda rápida en internet y las llantas de ese tamaño que aparecen son de bicicleta. Los invito a buscar ustedes mismos.
Hay otro tema importante. El perfil, es decir, la altura de la lateral de esas llantas es invariablemente baja. Si se consigue una de perfil 50, se agradece, pero entre 35 y 40 es lo más común, incluso en rines de 19 pulgadas. Esto implica una menor resistencia a las imperfecciones de los caminos, como topes, baches y protuberancias, más comunes en América Latina que en el llamado primer mundo, pero también se encuentran en lugares donde la nieve es común, como en el norte de Estados Unidos. Además del peligro de perder un neumático debido a esto y el costo de reemplazarlo, está lo difícil que es lograr uno. Mientras mayor el diámetro de los neumáticos, menor cantidad de fabricantes que los producen y por lo tanto, aún más complicado conseguir un reemplazo cuando la situación amerite. Si te pasa en la carretera, no debe ser muy simple encontrar una llantera que tenga en inventario una llanta de 22 pulgadas en una ciudad como San Juan de los Lagos o San Francisco del Rincón, por usar solo dos ejemplos. Imaginen una de 24 pulgadas.
Dicen los estadounidenses que todo, mientras mayor, mejor. Tal vez lo sea para ellos o para los alemanes en sus punto menos que perfectas carreteras, pero para nosotros, es mejor considerar algo más equilibrado y no elegir un rin mayor o una llanta más baja solo porque se ve más bonito.
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