Sergio Oliveira
El mexicano tiene algunas interesantes expresiones para decir que un producto le parece caro. Una de ellas es exclamar “¿Y qué hace, vuela o qué?”. Otra también común es cuando, al escuchar el precio de un producto, cuestiona. “¿No le pierden?”. Me pregunto qué dirían si supieran que, al vender un Mustang Mach-E por 1,699,000.00 (en México) o una F-150 Lightning Platinum por 91,995.00 dólares (en Estados Unidos), Ford perdió 36 mil dólares por cada vehículo que comercializó en el tercer trimestre de este año. Las pérdidas de su división de vehículos eléctricos están forzando a la marca a reducir la producción de ambos modelos, debido a la baja demanda, bien como a frenar una inversión planeada de 12 mil millones de dólares en el sector. Y no está sola. General Motors va a retrasar por al menos un año la producción de su Silverado eléctrica, debido a que la demanda es menor a la esperada. ¿Es el final de la fiebre por los autos eléctricos? No necesariamente, pero el apetito del mercado, al menos en esta parte del planeta, ya no es tan grande, por varios motivos.
Pese a que los precios de los eléctricos han bajado, siguen siendo más caros que los de gasolina o diesel y la gente está cada día menos dispuesta a pagar por ello. Los llamados “early adopters” (los que les gustan tener siempre lo más novedoso), ya presumieron sus autos y también ya se cansaron de buscar los aún escasos cargadores rápidos. Además se dieron cuenta que, cuando tienen que pagar por la electricidad en la calle (en EUA), el costo resulta similar al de usar un auto que se mueve con gasolina. No todos pueden tener una casa con cochera e instalar un sistema solar para cargar el auto, para que el costo por moverse sea un tercio vs uno de combustión interna.
El estadounidense da señales de que prefiere la gasolina. Los distribuidores de Buick, por ejemplo, preguntados sobre si preferían vender la franquicia o invertir para adaptar sus agencias a los vehículos eléctricos, cerca de la mitad decidieron venderlas, al menos según Automotive News.
Escuchen a Akio
El mercado de eléctricos usados también es complicado. Pocos distribuidores aceptan un eléctrico como enganche. Parte de ello se debe a dos marcas: Tesla y BYD. La marca dirigida por Elon Musk tuvo para sí, por mucho tiempo, prácticamente todo el universo de los autos eléctricos en el mundo. Se dio el lujo de venderlos al precio que quiso y llegar a un margen de utilidad cercano a 30%, algo con el que apenas podían soñar las demás marcas. Su precio hizo que muchos confundieran la marca como un fabricante de vehículos premium. Pero cuando China comenzó a trabajar en la dirección de los eléctricos –con BYD al frente– y comenzó a amenazar el liderazgo de Tesla, ésta se vio obligada a cortar precios. Podía hacerlo, tanto que los modelos 3 e Y, bajaron alrededor de 20% su precio al público. Las demás marcas, que habían hecho (y aún están haciendo) pesadas inversiones en autos eléctricos pensando en precios similares a los de Tesla en 2022 o están cortando esas inversiones, como Ford y GM, o lo harán más pronto que tarde, porque hay menos clientes y los que hay, no están dispuestos a pagar lo que pensaban.
Sí, en China el mercado de eléctricos creció 29% de enero a septiembre, pese a que el gobierno retiró los incentivos para los eléctricos. En Europa algunos predicen una expansión que llevaría a ventas de poco menos de 10 millones de eléctricos en 2030. Sin embargo, lo de China es real, es decir, es lo que está pasando ahora, gracias a la llegada al mercado de autos eléctricos menos costosos, principalmente de BYD, que no rebasó a Tesla este año, como se imaginaba, debido a la baja de precios de la estadounidense, pero probablemente sea la número uno en 2024.
La realidad es que los eléctricos aún son caros –más que los de combustión interna-, inconvenientes – debido a la dificultad de encontrar e instalar cargadores y al tiempo que toma cargarlos-, aún generan ansiedad por quedarse sin batería y no se puede ir y volver a lugares lejanos debido a la autonomía y tiempo se carga. El actual Chairman y ex CEO de Toyota, Akio Toyoda, tiene toda la razón: los eléctricos no son el único camino para el futuro de cero, o de menos emisiones.
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