Sergio Oliveira
En 2009, Toyota estaba por convertirse en el mayor fabricante de automóviles del planeta. La marca era la prueba viviente de que la gran mayoría de la humanidad compraba autos por necesidad, más que por pasión. Un Toyota era, casi por definición, aburrido, pero fiable. Entonces llegó el golpe a su reputación. Y vaya golpe. Autos como el Camry, en ese momento el más vendido en EUA, tuvieron problemas con el tapete que hacia que se atorara el acelerador y provocó accidentes. Luego, de nuevo el acelerador, pero que ahora se quedaba “pegado” por un problema electrónico y, de nuevo, produjo percances, incluyendo varias decenas de accidentes fatales (89, según CBS News). Por último, hubo problemas en algunos modelos con los frenos ABS. En total, la marca tuvo que llamar a revisión para corregir a más de 9 millones de vehículos, dejar de vender a varios durante semanas y perdió, claro, mucho dinero en multas, debido al costo de los llamados a revisión y al vender menos de lo que se esperaba. Muchos pensamos entonces que el daño a la reputación de la mayor fortaleza de Toyota, su fiabilidad, podría ser fatal.
Sin embargo, desde entonces Toyota ha crecido y se ha afianzado aún más. En 2023, terminó ostentando el primer lugar en ventas globales con impresionantes 11.2 millones de vehículos comercializados, sumando las marcas Lexus (que creció 132%) y Daihatsu. El segundo lugar, Grupo Volkswagen, vendió 9.2 millones de vehículos, con Hyundai/Kia logrando 7.3 millones. Y curiosamente ese logro de Toyota, que marca el cuarto año consecutivo de liderazgo, viene luego de graves escándalos durante el final del año pasado y otro a principios de este 2024. El más reciente es que software usado para hacer pruebas de emisiones de 10 vehículos diesel fabricados en Japón, no era el mismo en los autos vendidos al público, entre los cuales estaban la Land Cruiser y la Hilux (la vendida en México no fue afectada). En diciembre, el caso fue más grave y pasó con su división Daihatsu, que comercializó vehículos cuyo sistema de control de las bolsas de aire laterales podrían no cumplir con las normas de pruebas de choque.
Líderes pese a todo
El escándalo fue la continuación de otro problema similar encontrado en abril de 2023, con los forros de las puertas que tampoco cumplían las normas. Todos los Daihatsu dejaron de ser fabricados y vendidos, entre ellos la Raize y la Avanza, comercializados en México. La producción apenas ha estado retomando su normalidad.
En 2015, Volkswagen fue descubierta culpable de un escándalo que le costó no solo la impresionante cantidad de 33 mil millones de dólares, sino que su reputación se vio seriamente dañada. Tan fuerte fue el golpe, que muchos de los directivos entonces al frente de la marca dejaron sus puestos, algunos incluso fueron a la cárcel por ello. La empresa decidió cambiar completamente su estrategia y enfocarse en autos eléctricos algo que, antes de lo ocurrido, no había tomado tan en serio. Pese a las multas, a los autos que tuvieron que dejar de ser vendidos y al daño a su reputación, la gente siguió comprando VWs, tanto que en 2017, la marca fue líder global en ventas, logrando 10.32 millones de unidades comercializadas, mientras que Toyota quedó ligeramente abajo, con 10.17 millones. Me pregunto si las ventas del grupo alemán hubieran sido mejores de no ser por lo ocurrido, pero viendo lo que les pasó a ellos y luego a Toyota no solo una, ni dos veces, creo que al público en general esto termina por no importar mucho. De hecho, probablemente la mayoría ignore esos asuntos, tanto que varios de los vehículos del “dieselgate” de VW, que ya no podían ser vendidos en EUA, fueron comercializados en México, por ejemplo.
Dicen que lo que no te mata, te fortalece. Al menos en el caso de los dos mayores fabricantes de autos del planeta, esto es verdad. Las trampas usadas para obtener resultados en pruebas de certificación, sea de emisiones o seguridad, son graves ofensas al público y a los gobiernos y ambas pasaron o aún pasan por procesos internos de mejora para evitar recurrencia. La líder absoluta Toyota, en México no vende más porque no logra traer lo suficiente. Cuando lo haga, a la gente se le va a olvidar que sus agencias exigían compras a crédito e imponían accesorios no solicitados, por ejemplo. Toyota y VW fueron tramposos, pero no por ello son menos queridos.
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