El muy escaso suministro de hidrógeno como combustible, incluso en California ha llevado a varios propietarios del Mirai a demandar a Toyota
Todavía queda un poco de esperanza para que el hidrógeno sea el combustible del futuro, aunque ahora definitivamente, no es el momento. Sino, pregunten a los propietarios de Toyota Mirai que han decidido demandar a Toyota por el infierno que se ha convertido vivir con sus FCEVs.
Recientemente, se hablaba en medios estadounidenses que ciertos distribuidores tenían ofertas muy tentadoras para hacerse de modelos Mirai que quedaban sin vender, con grandes descuentos de casi la mitad del precio y financiamiento sin intereses, pero claro que, tenía truco.
Lo demandantes señalan toda una serie de frustraciones, que incluye la escasez de estaciones de servicio de hidrógeno operativas, además del vertiginoso precio del combustible de hidrógeno y, la decepcionante autonomía del Mirai que, al parecer está muy lejos de las cifras anunciadas.
Como parte de los argumentos de la demanda, los frustrados clientes señalan que los vendedores que el hidrógeno estaría disponible y que la recarga sería comparable a llenar el tanque de gasolina.
Sin embargo, los propietarios “tienen otros datos”, señalando frecuentes dificultades para encontrar estaciones de servicio compatibles, lo que muy seguido requería de viajes muy largos, con la agravante de que las estaciones solían estar descompuestas o fuera de servicio, lo que pueden dejarlos varados.
Por si fuera poco, el suministro de hidrógeno puede durar por “días seguidos” según los propietarios, y que, el proceso de recarga de combustible pueda tomar mucho tiempo, pues aseguran que el tiempo de inactividad de las bombas es bastante, pues suelen congelarse y bloquearse a media operación, prolongando una recarga por más de 30 minutos, esperando a que la boquilla se enfriara para hacer una desconexión segura.
Asimismo, los rangos anunciados de 575 km y de 647 km de autonomía para las versiones del Mirai que se vendían en Estados Unidos, resultaron ser poco realistas, con los conductores reportando que se quedan cortas por más de 160 km de manera consistente.
Además, el precio del hidrógeno ha incrementado casi a un 200 por ciento, pasando de $13 dólares por kg, a más de $36 dólares en un par de años, haciendo que las tarjetas de combustible de $150 mil dólares que entregó Toyota como un incentivo de compra del Mirai, no duraran “al menos 5 años” como los prometía.
Todo esto ha impactado de manera negativa el valor residual del FCEV de Toyota, que, al parecer, solo retiene un 19.4 por ciento de su valor después de solo 5 años de uso. El modelo únicamente se vendió o arrendó en estado de California, debido a la poca disponibilidad de estaciones de recarga en el vecino país del norte.
Para hacer las cosas peores, Shell anunció la clausura de 7 estaciones de las 55 que había en todo California, debido a problemas de suministro, complicando aún más la convivencia con los autos de hidrógeno, haciendo parecer que tener un EV sea mucho más fácil.
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