Es la segunda vez que la marca estadounidense se apropia de un producto que no era suyo
Cuando Fiat solía vender la subcompacta Strada en sus agencias, no le iba mal al buen producto hecho en Brasil. De ahí que muchos no entendimos cuando, en México, decidieron venderla como Ram 700. Pero les fue tan bien que ahora repiten la dosis con la antigua Peugeot Landtrek, que pasa a llamarse Ram 1200.
La idea es ampliar la red de distribuidores para ese vehículo, además de dotarlo de un apellido que encaja mucho mejor en el mundo de las pickups que Fiat o Peugeot. Por esto, Stellantis decidió cambiar estéticamente esta camioneta, hacer ajustes en su programación de computadora y caja para adaptarla mejor al mercado mexicano y ponerla a la venta en un segmento en el que Ram, desde la desaparición de la Dakota, no tenía presencia.
Con 5.33 metros de largo total, capacidad de cargar entre 1.150 y 1.210 kilogramos, la Ram 1200 es una de las trabajadoras de la familia, que llega para competir con rivales muy arraigados en la mente del consumidor mexicano, como lo son Nissan NP 300 Frontier, Toyota Hilux y Mitsubishi L200, entre otras con menor participación en el mercado.
La Ram 1200 sí tiene fortalezas para competir contra esos gigantes, pero también un par de debilidades que probablemente tengan mucho más que ver con imagen que con el producto como tal.
El diseño es similar a la Landtrek, por dentro y por fuera, salvo la parrilla y los logotipos, claro. Las dos primeras versiones son llamadas Tradesman y pueden venir en cabina sencilla o doble. Arriba, ya con más lujos, están la Bighorn y Laramie.
Precios, origen y manejo
Con cabina sencilla cuesta 444,900 pesos. Doble cabina: 492,900 pesos. La Bighorn sale por 578,900 pesos y Laramie por 668,900. Todas tienen el mismo motor de gasolina, con 2,4 litros, turbo, con 210 HP y 226 libras-pie de torque. La caja puede ser manual o automática, ambas de seis cambios.
Nosotros manejamos la manual de doble cabina y, como en toda pickup de trabajo, la suspensión es algo “brincona”, cosa que muchos incluso agradecen y que mejora con carga en la caja. La transmisión manual es algo imprecisa, principalmente para poner primera, segunda y reversa. Hay que acostumbrarse al juego de la palanca. Los frenos se sienten algo esponjosos pero la dirección muy bien, precisa y comunicativa. Tiene seis bolsas de aire (la de cabina sencilla tiene cuatro), control de descenso y de estabilidad.
El par motor mencionado anteriormente es mayor que la de todas sus rivales con máquinas de gasolina, salvo por la Changan Hunter con motor de 2.0 litros, que ya tiene 287 libras-pie. Curiosamente, la Ram 1200 es justamente una Changan Hunter y este su origen chino es el que puede producir una que otra reacción de rechazo. Sin embargo, como está en un segmento de trabajo, probablemente el pragmatismo de los empresarios no tome tan a pecho su origen como lo hacen algunos particulares.
La Ram 1200, en este poco tiempo que la tuvimos, resultó un producto agradable, con mejor espacio trasero que la mayoría y un buen valor/precio. Sí, es china, pero tiene el respaldo de la red de agencias de Ram. Y eso cuenta.
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