No hay nada más poderoso que la belleza. Y los italianos lo saben muy bien.
Nadie necesita un Alfa Romeo. Lo que necesitamos muchos es algo en que movernos. Pero muchos queremos un Alfa. Algunos por el prestigio, otros por el manejo, otros más por su diseño. Y habemos también los que los queremos por todos esos motivos sumados. En el caso de la Tonale, puede que alguien, justificándose, diga que su lado práctico también pesa en la hora de decidir. Lo entendemos, cuando te enamoras, cualquier pretexto es válido. Y enamorarse de la Tonale es totalmente comprensible. También nos pasó.
Quien dijo que todas las SUV son iguales nunca ha visto esta “niña chica” de la familia italiana. Las proporciones son lo único que pudiera ser considerado común y vamos, tenían que ser, ya que es una carrocería compartida con la Dodge Hornet (que no vendrá a México). Pero los detalles que la hacen Alfa, más que importantes, son fundamentales. La parrilla con su “scudetto” y los leds que emulan faros triplos, son más sensuales que Victoria de Angelis, o Sofia Loren, para los de mi generación o anteriores. Lo mejor es que cuando pones el seguro con el control remoto, se van prendiendo de adentro hacia afuera, como si guiñara un ojo y dijera: “Aquí te estaré esperando, guapo”. Difícil no dejarse conquistar.
Por dentro el espacio es adecuado, casi sobrado para su tamaño. Buenos acabados en general, con algunos plásticos que son más Dodge que Alfa, pero son los menos.
Equipo y manejo
El cluster de instrumentos es digital y la pantalla central de 12.3 pulgadas, tiene CarPlay y Android Auto inalámbricos, buena resolución y cámara de reversa. El sistema de sonido está firmado por Harman Kardon.
La visibilidad diagonal es comprometida por pilares A muy gruesos, pero fuera de eso la posición de manejo es buena. El manejo, por otro lado, es excelente si no lo comparas con los demás Alfa. La suspensión es un poco dura y en curvas hechas con más velocidad, la carrocería se inclina algo más de lo debido. La dirección es rápida pero no tan comunicativa y la caja se lleva bien con el motor.
Los 285 HP la hacen llegar a 100 km/h en 6.2 segundos, lo que no está nada mal. Y claro, circulará diario en CDMX y no verifica en Jalisco, ya que 105 de esos HP vienen de un motor eléctrico ubicado en la cajuela y que manda ese poder a las ruedas traseras, mientras que el turbo de 1.3 litros envía lo restante al eje anterior.
Para cargar la batería en un enchufe casero de 110V se necesitan 10.5 horas. Con 240V este tiempo es de solo 2.5 horas. Conducida en modo eléctrico, la Tonale tiene un sonido artificial de motor, que orienta un poco al conductor pero quita el refinamiento que uno espera de un vehículo que puede ser eléctrico por 50 kilómetros.
Por 1.160.000,00 pesos, la Tonale es casi una ganga para una PEHV premium. Sí, no es perfecta y la fama de baja fiabilidad aún merodea alrededor de la marca, aunque haya mejorado. Pero todas esas áreas de oportunidad se olvidan cuando la miras y recuerdas por qué te enamoraste. Y si no la puedes comprar, ojalá un vecino lo haga, porque no te cansarás de admirarla.
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