Un estudio revela las razones por las que los Plug-In Hybrids no han podido despegar en ventas como la mejor mezcla de movilidad disponible en la actualidad
En teoría suenan muy bien, pero, es cierto que los clientes notan aceptado del todo los vehículos con tecnología Plug-In Hybrid o, PHEVs, ya que, piden resultar en combinar lo peor de ambos mundos, en lugar de lo mejor de la combustión y la electricidad.
La mayoría de los modelos PHEVs son más costosos que los híbridos convencionales, no se diga de versiones con mecánicas de combustión sin ningún tipo de electrificación y, ese sobreprecio, no siempre está a la altura en la experiencia de conducción.
En los Estados Unidos, los autos con tecnología PHEV representaron a penas un 1.9 por ciento de las ventas totales de autos hasta el mes de agosto, donde los EVs o, eléctricos propulsados por baterías, lograron una participación del 9.4% y, lo híbridos convencionales o, HEVs, registraron un 10.7%.
Tampoco es que haya una falta de opciones, pues actualmente en el vecino país del norte hay 41 modelos PHEV disponibles a la venta, que superan a los híbridos convencionales con 19 modelos y los 60 EVs que se venden en la actualidad.
Un nuevo estudio de J.D. Power, revela que el precio promedio de transacción de cara al cliente entre enero y agosto del 2024, fue de $48,700 dólares, para un PHEV en el segmento de los compactos, que resulta sustancialmente mayor que el promedio de $36,900 dólares que se requieren para un SUV eléctrico compacto o, del promedio de $37,700 dólares que resultan de comprar un híbrido convencional comparable. Pagar más por algo que tiene muchos compromisos, parece no ser muy popular.
Después, está la satisfacción del cliente o, mejor dicho, la falta de ella. El último estudio de experiencia de propiedad en EUA, también realizado por J.D. Power, indica que los PHEV solo lograron 669 puntos en la escala de 1,000, comparados contra los 716 puntos que recibe un EV o, de los vehículos Premium con una calificación de 738.
Parte de la insatisfacción de los clientes con los PHEVs se debe a los costos de propiedad más elevados de lo previsto, sumados a las exigencias de recarga de energía y de combustible, que son más complicadas de lo anticipado y al sentimiento de no haber recibido lo suficiente pos su dinero cuando se paga el extra por un PHEV.
La mayor complejidad de su utilización, hace que los PHEVs enfrenten una ardua batalla para hacerse de ventas, cuando está claro que, hay que pagar más para asumir mayor responsabilidad ante las exigencias, sin contar siquiera el alto costo de remplazo de baterías después de la garantía y de la dura depreciación que suelen sufrir frente a mecánicas más convencionales.
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