
El Vision Iconic evoca la grandeza de modelos históricos como el SSK y el 500K, reinterpretando sus proporciones en clave moderna. Su larga y esculpida silueta, el cofre extendido y las ruedas de gran tamaño le otorgan una presencia imponente, mientras la carrocería de líneas fluidas refuerza su carácter de gran turismo.
El frontal luce la nueva parrilla luminosa de la familia eléctrica de Mercedes, enmarcada por una moldura cromada que alberga cientos de diminutas luces cuadradas. Sobre el capó, la estrella de tres puntas iluminada se convierte en un emblema de identidad para la nueva era eléctrica. Los faros, con un diseño afilado y el mismo motivo estelar, anticipan el lenguaje visual que adoptarán próximos modelos como el GLC EV, el CLA eléctrico y la futura S-Class.
El lateral es limpio y elegante, con una discreta moldura cromada y ventanillas enmarcadas por líneas metálicas. En la parte trasera, el Vision Iconic toma referencias del legendario 300 SL de los años cincuenta, con luces LED minimalistas que acentúan su perfil curvo.
El habitáculo, concebido para la era de la conducción autónoma, ofrece un ambiente de comodidad sin renunciar al refinamiento. Destaca el volante de cuatro radios de inspiración náutica y un instrumento analógico con detalles que recuerdan a relojes de alta gama.
El tablero, bautizado como “Zeppelin” por su forma ovoide, funciona como una vitrina tecnológica: integra estructuras de cristal retroiluminadas en azul y una delgada franja LED que recorre el parabrisas y las puertas. En el centro, una serie de relojes analógicos incluye uno con el logotipo de Mercedes que actúa como asistente de inteligencia artificial.
Otros detalles de distinción incluyen tapicería de terciopelo azul profundo, pisos decorados con marquetería de paja, y acabados en nácar y latón, iluminados por pequeñas luces ambientales. El resultado es una cabina que fusiona la elegancia artesanal con la innovación digital.
El Vision Iconic no solo mira al pasado. Mercedes asegura que está investigando el uso de módulos solares ultrafinos integrados en la carrocería, capaces de aportar energía adicional para aumentar la autonomía de los vehículos eléctricos. Según la marca, una superficie equivalente a la de un SUV mediano —unos 11 metros cuadrados— podría generar hasta 12.000 kilómetros de autonomía extra por año en condiciones ideales. Este sistema, afirma Mercedes, es reciclable, libre de tierras raras y funcional incluso cuando el vehículo está apagado.
En cuanto a la conducción, el prototipo incorpora un sistema “steer-by-wire”, que elimina la conexión mecánica entre el volante y las ruedas. Esto permite combinar la dirección trasera con una maniobrabilidad más precisa y adaptable, especialmente útil en espacios reducidos.
Mercedes prevé que el Vision Iconic ofrezca conducción autónoma de nivel 2 en ciudad y nivel 4 en autopistas, con sistemas de inteligencia artificial basados en computación neuromórfica. Este tipo de procesamiento, que imita el funcionamiento del cerebro humano, podría reducir el consumo energético de los sistemas de asistencia hasta un 90%, además de mejorar los tiempos de reacción ante emergencias.
Aunque el Vision Iconic difícilmente llegue a la línea de montaje, Mercedes-Benz lo concibe como un laboratorio rodante que anticipa el estilo, la tecnología y la filosofía de diseño de su próxima generación de eléctricos.
El modelo simboliza la búsqueda de un equilibrio entre tradición y modernidad, reafirmando que el lujo del futuro —según Mercedes— no se mide solo en potencia o autonomía, sino en la capacidad de reinterpretar la historia a través de la innovación.

Clase S 1966

500K Roadster 1943


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