Resulta que nuestros cerebros están tan acostumbrados al ruido y las vibraciones de un motor de combustión que sufrimos para adaptarnos a un eléctrico
Parte de las ventajas de un auto eléctrico radica en la carencia de ruido y vibraciones provenientes de sus componentes, pero, eso también ha resultado ser una desventaja, ya que generan mareos en los usuarios.

De acuerdo con unos científicos que fueron entrevistados por el diario The Guardian, aquellos que se sienten mal a bordo de un eléctrico no están imaginando los síntomas, incluso cuando no se están usando al tope de sus capacidades dinámicas.
Esto es especialmente cierto para personas que llevan décadas trasladándose en vehículos de combustión interna, porque sus cerebros están muy acostumbrados a las señales siempre presentes en sus viajes.
A decir de los expertos, conducir un eléctrico cambia la experiencia de estar en movimiento, inicialmente, por la disponibilidad del torque máximo al acelerar. Algo que los fabricantes han sido obligados a calibrar en modelos más recientes y evitar “jaloneos” incómodos cada vez que se inicia el movimiento.

Algo similar sucede con el frenado regenerativo, especialmente si el conductor tiene activados los sistema de One Pedal Driving o la recuperación de energía al máximo, que, al solo soltar el pedal del acelerador, el vehículo comienza a desacelerar de manera notable, que puede generar náuseas.
Sin embargo, el principal motivo de la sensación de mareo tiene que ver con el sonido, pues nuestro cerebro está muy acostumbrado a recibir las señales de sonido y vibración generadas por el motor de combustión, que no son iguales o de plano, son inexistentes en los EVs.
De igual manera, los expertos sugieren que los fabricantes de autos pueden ayudar a disminuir los mareos de los pasajeros incorporando señales visuales en la cabina o, luces ambientales que ayuden a nuestro cerebros a comprender lo que está por suceder.
Fuente: The Guardian
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