Desde que fue lanzado, el mayor sedán de Honda siempre se mantuvo en la cima
Empecemos por dejar dos cosas claras sobre el Honda Accord. La primera es que, en México, su precio le quita la posibilidad de que el mejor auto sea el líder del segmento. La segunda es que si se quiere un híbrido, hay que comprar el Touring y esta versión, con rines de 19 pulgadas y perfil 45, le quita confort y le añade ruido de rodado, principalmente en carretera. Una vez dicho esto, lo demás es un listado de virtudes que lo mantienen como el mejor sedán en esta categoría.

Aunque sea subjetivo, el diseño nos gusta tanto como el resto del auto. Es discreto, elegante, clásico. La suavidad de la curva con la que baja el techo es también discreta y deja claro que es un sedán, no un coupé de cuatro puertas. Una línea de carácter ubicada apenas debajo de los cristales, le otorga bienvenido dinamismo.
Por dentro, el estilo es similar al de otros Honda, como CR-V o Civic, lo que no está mal. No solo es refinado, sino práctico, fácil de usar, bien equipado. Gracias, Honda, por usar botón para el volumen y perilla para el aire acondicionado. La pantalla central, de 12.3 pulgadas, ofrece CarPlay y Android Auto inalámbricos y el espacio es magnífico para cuatro personas, aunque pueden viajar cinco. Además, tiene la seguridad de Honda Sensing, con ADAS y 10 bolsas de aire.
El motor es 2.0 litros, acompañado de otros dos eléctricos que llevan 204 HP a las ruedas delanteras. En la práctica este auto puede llegar a niveles de consumo superiores a los 25 km/h en carretera, manejando dentro de los límites legales. Pero si quieres acercarte al límite de velocidad máximo que Honda le permite al auto, de 210 km/h, el consumo de 16.4 kilómetros por litro tampoco está mal. Y esto con un auto con excelente capacidad de aceleración, gran estabilidad y un aplomo que si le pusieran un logotipo alemán, a nadie le parecería extraño.

Dirección, frenos y la caja e-CVT, forman un conjunto bien afinado, algo que siempre estuvo de la mano con el Accord, en todas sus generaciones. Manejarlo en carretera como nos tocó hacer de México a Guadalajara recientemente, es un placer que pocos híbridos ofrecen.
Si no costara cerca de 170 mil pesos más que el Camry más equipado, sería el líder en una categoría que, si bien ya no es tan popular como antes, aún tiene sus seguidores. Pena. Es el mejor auto en su clase, aunque no la mejor compra.
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