La nueva SUV compacta de la marca es una gran adición a su gama y a la categoría
No hay nada como probar los vehículos en casa, con esos baches, topes y demás orografía de las calles que casi podemos llamar “favoritos». Nos ayuda a entender mejor los productos y con la nueva Geely Cityray, la prueba de manejo nos sorprendió.





Situarla en el contexto diario, nos da una mejor relación de sus dimensiones -mayores de lo que hubiéramos pensado-, así como de una interacción más realista con su equipo y elementos mecánicos.
También permite apreciar de mejor manera el diseño, fuera de las luces coloridas de un estudio, permitiendo ver esa atención al detalle presente en elementos como las luces delanteras que iluminan hasta la parrilla o, las calaveras de cortes angulares muy bien integradas a la carrocería.





No se diga el espacio interior, donde realmente sentimos el aprovechamiento del volumen del habitáculo, con amplitud para los pasajeros de la segunda fila, sobre todo para piernas. Así como para el conductor, con muy buena visibilidad y posición de manejo.
La respuesta del motor es más fácil de medir cuando se circula por vías conocidas y, en el caso del 4 cilindros 1.5 litros turbo de 172 HP y 213 libras-pie, con su caja automática de doble embrague y 7 cambios, con tracción a las ruedas delanteras, debemos decir que es más que suficiente, aunque la orientación de Cityray es claramente hacia el confort, transmitiendo sensaciones que nos hacen dudar un poco de la cifra oficial de potencia.

De cualquier modo, el turbo lag, aunque casi existente, es muy fácil de anticipar, sobre todo en incorporaciones. La dirección es sumamente ligera, lo que facilita las maniobras en ciudad y la suspensión, también puede filtrar muy bien las imperfecciones del camino.
No todo es miel
La utilización de un tablero más discreto que el de su hermana mayor, con una gran selección de materiales y con una pantalla de 13.2” se agradece, aunque el minimalismo de la filosofía de diseño, puede hacer que la interacción sea complicada. El hecho de contar con todos los controles dentro de la pantalla táctil, incluyendo el climatizador, la apertura del techo panorámico y hasta el ajuste de espejos, sin ningún mando físico, requiere de mucha paciencia y causa distracciones si necesitamos hacer algo en movimiento.

Además, la marcha del vehículo es agradable, aunque transmite más ruido de lo que nos hubiera gustado, lo que le resta a las sensaciones de refinamiento que se consiguen por la correcta filtración.
Aún así, Cityray tiene una gran propuesta para todos los que gustan de un vehículo cómodo y espacioso, pero sobre todo, uno que puedan presumir con los vecinos o familiares, con un corto y efectivo rango de precios que va de $548,990, hasta los $588,990 por la versión GF Bitono que probamos en nuestras calles favoritas de Guadalajara.
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