El sucesor del Chiron, puede parecer muy similar a primera vista, aunque el nuevo híperauto de Bugatti, el Tourbillon, representa una evolución sustancial
Las altas expectativas que generó Bugatti al anunciar el reemplazo del impresionante Chiron eran bastante altas y, a pesar de la familiaridad del diseño, el nuevo Tourbillon no decepciona en ningún aspecto.
Si bien, se esperaba un enfoque completamente eléctrico, con el fichaje de Mate Rimac como CEO de la compañía, el enfoque de electrificación resulta en un híperauto con motor V16 de aspiración natural, sumado a 3 motores eléctricos para generar 1,775 hp de fuerza híbrida para no quedarse en la sombra de sus antecesores.
Además, al más puro estilo de la marca de origen francés, el desarrollo del nuevo híper deportivo viene de la mano de diseñadores e ingenieros que, por primera vez, se suman a un diseñador de chasis rodante, encargado de funcionar como un eslabón en el proceso de diseño, buscando optimizar las partes internas del vehículo, tanto con su función estética, como funcional.
Al frente, la tradicional parrilla en forma de “herradura de caballo”, tiene una importante función estructural, como sistema de absorción de impactos y se acompaña por ópticas ultrafinas que, junto a todo el frontal fabricado en una sola pieza, también tienen funciones aerodinámicas muy específicas.
Este tipo de innovaciones, permiten que el Tourbillon sea notoriamente más bajo que el Chiron, lo que favorece en términos de alta velocidad para disminuir el arrastre aerodinámico y trabaja en conjunto con un sistema de difusor posterior que también tiene función estructural y un sistema de túneles aerodinámicos de 2 metros de largo que inician desde la cabina hasta la parte final del vehículo.
Los elementos de diseño emblemáticos de Bugatti son claramente visibles en la línea central que inicia en el maletero delantero, pasando por el techo, y sobre la bahía del motor, funcionando como tercera luz de freno, así como el impresionante poste flotante en forma de “C” invertida, y la tonalidad doble de pintura.
Sin embargo, el interior es algo de lo que no podemos dejar de hablar, pues, a pesar de que, también representan un paso evolutivo, más que revolucionario comparado con el Chiron, tiene elementos sumamente interesantes para sus afortunados ocupantes.
La consola central realizada en aluminio a través de impresión 3D, incluye detalles de cristal maquinado desde una sola pieza con mandos físicos para operar los elementos más necesarios en la conducción y se complementan con una pantalla abatible para elementos como Apple CarPlay y cámara de reversa.
Lo más interesante, es el cuadro de instrumentos, conformado únicamente por relojes análogos, fabricados aluminio y titanio, funcionando de manera ultra-precisa, gracias ala intervención de fabricantes de alta relojería suizos, con el agregado de ofrecer todo un espectáculo al girar el volante, pues se quedan fijos al horizonte.
Curiosamente, los ejecutivos de Rimac que tomaron posesión de Bugatti en 2021, decidieron ir en contra de fabricar un sucesor del Chiron completamente eléctricos entendiendo que la ingeniería mecánica será el principal diferenciador para este tipo de fabricantes, por lo que decidieron desarrollar un nuevo motor desde cero.
Se trata de un V16, naturalmente aspirado, fabricado por Cosworth que puede girar hasta las 9 mil revoluciones, para generar un sonido envidiable, al generar 986 hp, por si solo, pero que se complementa con un sistema híbrido de 3 motores eléctricos que elevan la cifra de potencia hasta 1,775 hp y un torque, no especificado, que seguramente será descomunal.
Una nueva transmisión automática de doble embrague y 8 velocidades, controlará la entrega de potencia, mientras que la utilización de una batería de alto voltaje y 25 kWh, permite que el Tourbillon pueda circular de manera completamente eléctrica por hasta 60 km.
Ahora, junto con las cifras de potencia, Bugatti asegura que su nueva creación puede acelerar de 0 a 100 km/h en solo 2 segundos, mientras que la barrera de los 300 km/h se cruza en “menos de 10 segundos” y puede seguir acelerando hasta llegar a su “limite” hasta los 445 km/h.
Más allá del motor, la ingeniería aplicada en el nuevo Bugatti es impresionante, con brazos de suspensión impresos en aluminio 3D, con formas orgánicas que buscan ser lo suficientemente fuertes y ligeras, al mismo tiempo de que son muy vistosas y, contribuyen a que el nuevo modelo, con todo y su mecánica electrificada, sea más ligero que su predecesor, con un registro ante la báscula de 1,995 kg.
Ahora bien, antes de que hacernos ilusiones, resulta que, Bugatti decidió hacer la producción del Tourbillon aún más limitada que la del Chiron, con solo 250 unidades, disponibles a un prohibitivo pecio de 3.8 millones de Euros, que, en caso de que se tuvieran disponibles en el banco, ya están todos vendidos.
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