Sergio Oliveira
Hay varias frutas que son originarias de México. Algunas ya se llevaron a otros lugares y hoy son, digamos, internacionales. Pero la pitaya mixteca, aparentemente, sigue siendo 100% mexicana. Y ahora que el Gobierno Federal está lanzando un nuevo paquete económico y considerando imponer aranceles de hasta 50% para los vehículos importados de China y de otros países con el objetivo de impulsar la producción local, tal vez existan medidas más eficientes de hacerlo que aprovechar la moda lanzada por el vecino del norte e imponer aranceles. Esa medida puede ser la “dieta de la pitaya mixteca”. Me explico.
Hay al menos tres países que se dedicaron a fortalecer la industria automotriz local sobre la importación de vehículos: Brasil, India y China. Todos adoptaron estrategias similares, pero adaptadas a las necesidades de su población y a la capacidad de su industria, pero todos usaron incentivos fiscales. Brasil y China se decidieron por determinar un tamaño máximo de motor, que tiene ventajas fiscales sobre las máquinas de mayor desplazamiento. En Brasil, los vehículos con motor de 1.0 litros o menos, de fabricación local, pagan alrededor de 5.27% de IPI, el Impuesto sobre Productos Industrializados, similar al IEPS mexicano. Un auto con motor mayor que 1.0 y menor que 2.0, paga 9.78% de IPI. Autos con motores mayores, hechos en Brasil, pagan 18%, mientras los importados pagan 25%. Los chinos pagan 35% los de gasolina, 25% los eléctricos y 20% los híbridos. Todos pagarán 35% a partir de 2026. A todas luces, para aprovechar un mercado interno de 2.5 millones de vehículos (con máximo histórico de 3.9 millones), conviene a las marcas fabricar en Brasil y aún más, hacer autos con motor de 1.0 litros o menor. Debido a esto, Brasil produce 89% de los autos que consume.
China impuso la misma estrategia pero con motores de 1.5 litros. Autos con plantas de poder entre 1.0 y 1.5 litros pagan 3% de impuesto al consumo, mientras que los motores mayores pagan 10%. El resultado es que China, que es disparado el mayor mercado del mundo con cerca de 24 millones de vehículos vendidos, produce cerca de 63% de estos vehículos.
India, México y la pitaya
India adoptó una estrategia distinta, por tamaño de auto. Los con menos de cuatro metros de largo total pagan menos impuestos. Sin que se conozcan números exactos, la IA estima que cerca de 70% de su mercado — 4.3 millones en 2024– es de producción local. Pero en este mismo mes los indios van a ampliar esta estrategia, haciendo que autos con motores de 1.2 litros o menores, paguen aún menos impuestos.
Si México adoptara una estrategia como la de Brasil, bajando el IVA o el ISAN a autos con menos de 1.0 litros, abriría la puerta para los brasileños, a menos que decidiera romper con uno de sus socios comerciales importantes en la industria. Si adoptara la estrategia de 1.5, no solo estaría cometiendo suicidio al abrirse a China, sino que favorecería un tipo de producto de un nivel un poco más elevado de lo que la base de la pirámide puede pagar. Además, el nuevo paquete económico del gobierno está justo pensando al revés, en frenar a los chinos con aranceles de, como,ya se mencionó anteriormente, hasta 50%, o al menos así se decía al cierre de este texto. Con 1.2 litros o autos de menos de 4 metros, se abriría a India. Con motores de menos de 0.66 litros, dejaría la puerta abierta a Japón y a los Kei Cars.
Si fuera a adoptar una estrategia similar, México podría usar como norma bajar impuestos a autos con motores de 1.1 litros, siempre y cuando estos vehículos fueran hechos en el país. Este tamaño no es usado por ningún otro país y sería la regla para alcanzar una participación fuerte en el mercado mexicano. También le permitiría exportar a India, lo que no es fácil debido a la gran capacidad productiva de ellos, pero ayudaría a México a abandonar la eterna dependencia de Estados Unidos, una dependencia tan grande que hace que México, el cuarto mayor productor de automóviles del mundo, solo produzca 13% de los cerca de 1.5 millones de vehículos que fueron comercializados en 2024. 80% de lo producido, se va a Estados Unidos.
Establecer un límite de 1.1 litros para dar incentivos fiscales, haría que la marca que quiera vender aquí, fabrique aquí, sería nuestra “pitaya mixteca”, algo que solo existe en México, y para los mexicanos.
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