Sergio Oliveira
Cuando China decidió entrar de lleno a la industria automotriz, en los años 80 y 90, estaban conscientes de que necesitan aprender a hacerlo. Para esto, usaron su más poderosa arma, el inmenso mercado interno, para atraer a las tradicionales marcas occidentales. La condición principal era asociarse a una marca china, con no más de 49% de esa sociedad perteneciendo a los extranjeros. Por supuesto que muchos decidieron entrar de lleno. Un mercado de 300 millones de personas en la clase media y con más de mil millones en total, no se podía despreciar. Fueron momentos en los que Buick llegó a ser líder y referencia. El consumidor chino prefería comprar autos foráneos, entonces claramente de mejor calidad, diseño y prestigio. Tener un auto chino era algo así como: “No te alcanzó para más”. Hoy, esto ya es muy diferente y 2023 fue un punto de quiebra en esto.
Ya instalada en el puesto de mayor mercado del mundo desde 2009, China ya es también la nación más productora y exportadora de automóviles. Y el año pasado la marca que más vendió en su mercado de 25 millones de coches, fue la china BYD, seguida de Volkswagen y Toyota. Entre los 10 autos más vendidos, cinco son BYD, dos VW, un Changan, un Nissan y el Tesla Model Y, que fue el más vendido del país en 2023.
En las calles, aún se ven más autos occidentales, obviamente, luego de décadas de dominio de las marcas extranjeras, pero cuando recuerdo mi más reciente viaje a China antes de este, en 2017, en el que con trabajo veías autos de fabricación local circulando, las cosas han cambiado mucho desde entonces. Ya se perciben muchos autos locales y los que los conducen parecen orgullosos de mostrarlo. Los autos chinos ya no son los “para lo que me alcanzó”, aunque obviamente hay un tema de valor por tu dinero que impulsa sus ventas.
El principal motivo que hace que competitivos sus precios, es el volumen. Todo en China está en una escala magnificada con relación a lo que estamos acostumbrados en occidente.
Las cuatro grandes
El gobierno chino posee cuatro empresas fabricantes de automóviles, las llamadas “cuatro grandes” que son, en este orden: SAIC, FAW, Dongfeng y Changan. Visitando a esta última, la más “chica” de las cuatro, es difícil no dejarse impresionar por su tamaño. Estuve en la fábrica de Chongqing, que hoy opera en medio turno y fabrica 60 vehículos por hora. Uno de sus centros de investigación y desarrollo se ubica en un edificio de 240 mil metros cuadrados en esa misma ciudad. Changan tiene 72 mil empleados en todo el mundo y presencia en 63 países, incluyendo un centro de desarrollo en Estados Unidos. 18 mil de sus empleados se dedican precisamente a investigación y desarrollo. Su equipo de diseño está formado por varios europeos y un japonés, liderados por el alemán Klaus Zyciora, quien dejó a VW para asumir el puesto de Vice Presidente de Diseño de Changan global.
Ya no son los que copiaban las cosas. Sus vehículos van asumiendo una personalidad propia, fuerte, sin timidez, casi siempre futurista, lo que no necesariamente envejecerá bien. Pero al ser tan grande y poderoso su mercado, en lugar de que ellos copien a occidente somos nosotros los que buscamos hacer las cosas a su gusto. Y para prueba está BMW, con sus inmensas parrillas y pantallas igualmente grandes.
Si leyeron con atención, percibieron que la fábrica visitada de Changan trabaja a medio turno, buena parte de esto se debe a la caída del mercado ruso luego de la guerra vs Ucrania. China quedó con una capacidad ociosa importante y esto aceleró su expansión a otros mercados, como Europa y América Latina. En Europa, en 2022, los chinos ya tenían 4% del mercado, liderados principalmente por MG y en 2023 este número se ubicó más cerca de 5%. En América Latina, los chinos rebasaron a los brasileños como los mayores exportadores de autos. En 2013 su participación era de 4.6% y ahora es de 21.2%. En México las ventas de autos hechos en China ya representan más de 20% del mercado y la tendencia es aumentar, en la medida en que más marcas lleguen.
Su presencia es buena noticia porque aumenta las opciones y empujan los precios a la baja, pero su solidificación pasa por mejorar, mucho y rápidamente, la calidad del servicio post venta. Si logran hacerlo, será casi imposible vencerlos.
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