Sergio Oliveira
México terminó 2024 con 1.496 millones de autos nuevos vendidos, de acuerdo con las cifras del INEGI, difundidas por AMDA y AMIA, las asociaciones de distribuidores y fabricantes de vehículos. Si contamos ventas de marcas que no reportan al INEGI, como BYD, GAC y Geely, entre otras, seguramente la cifra de 1.5 millones se rebasó por muy buen margen, incluso acercándose al récord histórico de 1.603 millones de 2016. Y en 2025 todo indica que al crecimiento seguirá, no de 9.8% como el registrado el año pasado, pero sí habrá crecimiento. El detalle es que ese aumento debe darse a pesar de la amenaza de imposición de aranceles a los autos hechos en México que quiere poner Donald Trump, debe darse debido a la presencia de las marcas chinas. Porque cuando miramos los datos globales de producción y ventas de autos nuevos, vemos que China es, simplemente, inevitable.
Estados Unidos cerró 2024 con ventas por 16 millones de vehículos nuevos. Entre ellos algunos chinos, como los Polestar, la Volvo EX30 y la Lincoln Nautilus, que vendió más de 36 mil unidades con su nueva generación. Japoneses, coreanos y europeos también estuvieron presentes y en este caso, con mucho más fuerza que los chinos. Cerca de un tercio de los autos vendidos en el vecino del norte son importados, pero es una cifra algo rara, porque los autos hechos en Canadá y en México son considerados locales. Y de México llega la gran mayoría de los autos importados a EUA.
En Europa las ventas se esperaban por alrededor de 13 millones (al cierre de esta edición), con los eléctricos al alza por un pequeño margen al final del año, pero un cuarto trimestre de muy bajas ventas. Francia fue de los países con mayor caída, más de 12%. Alemania prácticamente se mantuvo y España fue de los pocos con crecimiento.
Japón siguió con poco más de cuatro millones de autos nuevos comercializados y pasó a ser el segundo mayor exportador del planeta, siendo superado por, bueno, todos ya se imaginan: China.
México y China
El poderío de la industria automotriz china ya es tal, que sus ventas -se estima- rebasaron 31.3 millones de vehículos en 2024. Ni siquiera sumando Estados Unidos y Europa, logran llegar a esas impresionantes cifras del gigante asiático. El líder de ese país fue BYD, que tenía previsto vender 3.6 millones de unidades en 2024, pero descubrió, para su placer y espanto, que habían quedado muy cortos. Build Your Dreams vendió nada menos que 4.25 millones de vehículos, la gran mayoría híbridos enchufables, convencionales o eléctricos de rango extendido, como la pickup Shark. Fue un crecimiento de 41.03% comparado a 2023. Sin embargo, aún no fue suficiente para vencer a Tesla como mayor vendedor de vehículos 100% eléctricos. Mientras BYD comercializó 1.79 millones, Tesla logró ventas por 1.81 millones. El crecimiento de la marca china, sin embargo, deja entrever que el rebase sobre los estadounidenses es cuestión de tiempo.
En México, 9.8% de las ventas de autos nuevos son de marcas chinas. Y si sumamos los chinos vendidos por marcas no chinas, ese número es cercano a 20%, o 25%, si añadimos las que no reportan al INEGI.
El éxito de los productos chinos se atribuye mayormente a sus precios, generalmente más bajos que los demás, a la vez que ofrecen más equipo y potencia comparados a productos similares en tamaño. Cuando hablamos de híbridos y eléctricos, esa ventaja en favor de los chinos es todavía mayor. Algunos analistas como Guillermo Rosales, presidente de AMDA México, llaman la atención para el comportamiento de ventas de las marcas premium alemanas, con Audi bajando 21.9%, Mercedes-Benz cayendo 9.8% y BMW manteniéndose, sin crecer. Rosales atribuye a la presencia de los chinos, con sus marcas premium como Zeekr o Deepal, ofreciendo alternativas de tecnología, lujo y desempeño con precio más atractivo.
El hecho es que en noviembre pasado, los chinos produjeron nada menos que 41% de todos los autos a escala global. Es un número impresionante, que muestra lo difícil que es para todos luchar contra el crecimiento de los orientales. India también crece y ya es el tercer mayor fabricante del mundo, superando a Japón, pero los autos desarrollados por sus propias marcas, como Tata o Mahindra, aún no logran despegar tanto como lo han hecho los chinos, ni en casa ni fuera.
El futuro de los autos, está en China. Y a Trump no le gusta eso.
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