Descrito internamente como un “Jeep para principiantes”, el modelo buscaba enfrentar al Samurai, pero se quedó en un proyecto
Es normal que los fabricantes lancen conceptos o modelos con la mera intención de experimentar en diseño, formas e incluso, la reacción del público, sin siquiera tener intenciones de pasar a producción, aunque hay otros, como el Jeep Junior que se quedaron en plena etapa de desarrollo.
Sí, en la década de los años 90, Jeep estaba desesperada por tener un modelo de entrada a su gama, un modelo todoterreno realmente accesible para las masas, que debería hacer frente al éxito que representó el Suzuki Samurai en las mismas fechas.
Denominado internamente como el Jeep JJ Project, que, a su vez significaba Jeep Junior, el modelo utilizaría múltiples partes existentes de Chrysler, reduciendo los costos, para producir un vehículo realmente sencillo y de desempeño superior al japonés que pudiera ser comercializado a un gran precio.
El diseño inicial estuvo a cargo del jefe de diseño de Jeep a la fecha, Bob Nixon y, claramente, resulta un modelo desarrollado para ser un rival del popular Samurai, lo que significa que era un convertible de dos puertas con la parrilla tradicional de 7 barras y ópticas cuadradas que no parecía tan lejano del Wrangler, con calaveras que recuerdan a la primer Grand Cherokee.
Lo más curioso es que, el Jeep Junior estaba destinado a ser un verdadero todoterreno subcompacto, con una distancia entre ejes de 2.2 m, 1.6 m de ancho y solo 3.3 m de longitud, en línea de lo que presentaba el Samurai.
A los ingenieros se les dio la tarea de desarrollar un “Jeep de verdad” que pudiera cruzar en afamado Rubicon Trail, al mismo tiempo que utilizaba motores existentes para mantener los costos, considerando incluso mecánicas Renault de 4 cilindros.
Después de que Chrysler compró AMC en 1987, los motores de 4 cilindros 2.5 litros con caja manual de 5 heredadas del Plymouth Horizon y del Dodge Omni, sería el adecuado, aunque colocado de manera transversal y con posibilidad de integrar a una caja de transferencia de una sola velocidad.
El desarrollo del pequeño Jeep estaba tan avanzado que incluso ya tenían una idea del precio final “entre un cuarto y un tercio menos que la Grand Cherokee” e incluso habían desarrollado una carrocería modular que podría ser ensamblada por proveedores y simplemente unida en la línea de producción.
Incluso con las exhaustivas medidas para mantener los costos bajos, el JJ no estaba destinado a la producción, pues los ejecutivos cancelaron el proyecto incluso cuando estaba tan avanzado, refiriendo que no pudo completar el curso de Rubicon sin asistencia, por lo que no era considerado un “Jeep de verdad”.
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