Algunos de los principales fabricantes de autos japoneses admitieron irregularidades por cómo prueban algunos de sus vehículos
Después de las investigaciones que sacaron a la luz conductas irregulares en modelos de Daihatsu, el gobierno japonés, lanzó una investigación para comprobar las prácticas de otros fabricantes locales desde 2014 y vaya que se llevaron una sorpresa.
Tanto Toyota, Honda, Mazda y Suzuki han admitido ante el Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón, que han practicado conductas fraudulentas en solicitudes de aprobación para ciertos modelos, por lo que se han visto obligados a detener producción, envíos y ventas de algunos de sus modelos que se ofrecen en el mercado.
Iniciando con Toyota, el mayor fabricante de autos del lejano país oriental, reconoció que se presentaron datos falsos en las pruebas de seguridad de peatones y ocupantes de modelos como el Corolla Fielder, Corolla Axio y Yaris Cross, que se encuentran actualmente en producción, con ciertas. Manipulaciones en las pruebas de choque de otros modelos discontinuados.
A pesar de estos problemas, Toyota afirmó que la verificación interna ha conformado el cumplimiento de todas las normas de seguridad para los vehículos afectados, por lo que no es necesaria alguna acción adicional por parte de los propietarios de alguno de ellos.
Por su parte, Mazda reveló que el software de control de motor en el MX-5 RF, así como en el Mazda2 fueron reescritos durante las pruebas de salida oficiales, aplicando modificaciones inadecuadas en los autos de prueba de choque en los otros modelos descontinuados, aunque, del mismo modo, aseguran que cumplen con las normas de seguridad.
Una investigación interna en Honda reveló declaraciones alteradas en pruebas de ruido de 22 vehículos ya discontinuados, entre los que se encuentran el Fit, CR-Z, Accord, Insight, CR-V, Freed, N-Box y N-One, así como la Oddyssey y el NSX, entre otros.
De parte de Suzuki, la conducta “fraudulenta” se limitó a un solo modelo, la variante comercial del Alto de generación anterior que fue producida entre 2014 y 2017, cuya distancia de frenado en las pruebas de resistencia fue más corta que las reales.
Autoridades japonesas llevarán a cabo investigaciones dentro de las instalaciones de los fabricantes mencionados para confirmar el cumplimiento de la normativa por parte de los modelos afectados.
Mientras esta reestructuración se lleva a cabo, los fabricantes deberán detener tanto la producción, como los envíos de modelos afectados en el mercado de Japón y algunos de exportación, al mismo tiempo que se deciden las sanciones apropiadas por las acciones fraudulentas a los fabricantes involucrados.
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