Sergio Oliveira
De enero a noviembre de este año que agoniza, se vendieron 1.218,474 automóviles nuevos en México. Es un impresionante crecimiento de 25.4% en once meses, que a la gran mayoría, que vemos autos con precios cada vez más lejanos a nuestra capacidad de compra, nos hace pensar que hay algo raro en esto. Cierto, no es un récord histórico ni lo será cuando las cifras de 2023 ya estén cerradas, pero vender más de 1.3 millones de vehículos nuevos y muy probablemente rebasar las cifras anteriores a la pandemia – se comercializaron 1,317,000 en 2019- es ya un logro importante, cuando muchas marcas aún muestran escasez de productos. ¿Por qué se vendió tanto?
Lo primero es que la falta de autos nuevos vivida en 2020, 2021 y 2022, finalmente comenzó a ceder. Sí, es cierto, aún hay vehículos por los que hay que esperar, como un Toyota Prius, por ejemplo, pero en muchos casos la entrega inmediata pasó a ser nuevamente común y con ello vinieron ofertas, promociones e incluso una muy saludable baja de precios en algunos casos, sea porque hubo bonos o simplemente porque el auto pasó a mostrar un precio menor, como ocurrió con algunos productos de Mazda.
Mucha gente que había esperado para cambiar su auto, aprovechó esas mejores circunstancias para hacerlo y esto también fue un factor que ayudó a mantener calentitas las ventas todo el año, principalmente a partir del segundo trimestre y aún más en el último que estamos viviendo.
Durante estos cuatro años recientes, no ha sido tarea fácil comprar un auto nuevo. Los precios estaban -y aún están- elevados y cuando entrabas a una agencia eras atendido con cara de desprecio por los mismos vendedores que hoy, de nueva cuenta, necesitan ponerse las pilas para llegar a su cuota mensual y tratar a sus prospectos como siempre deberían haberlo hecho y no con la actitud soberbia, la cara de “a ver si te hago el favor de venderte” a que algunos se mal acostumbraron. Las ventas de contado eran casi imposibles, porque con mucha demanda y poco producto, los distribuidores -casi siempre con una mirada lejana y cómplice de las marcas- se aprovechaban para sacar el mayor provecho posible.
Chinos y flotillas
Otro factor innegable fue la llegada de las marcas chinas. En 2016, prácticamente ninguno de los 1.6 millones de vehículos vendidos en México venía del gigante asiático. Hoy representan 19.5% del total de autos nuevos comercializados en el país. Muchos en la industria consideran que los autos chinos construyeron una especie de mercado propio en suelo mexicano, es decir, no “robaron” clientes de otras marcas, pero contribuyeron significativamente para el crecimiento del número total del mercado. Alrededor de seis o siete por ciento de los 25% de aumento, se deberían a la llegada de las marcas chinas, que no van a bajar el ritmo en 2024, todo lo contrario. A la fecha es MG la líder, con más de 51 mil unidades vendidas. Chirey lleva 35 mil. Jac lleva 18 mil y Motornation (Changan en la gran mayoría) ha vendido cerca de 8,8 mil vehículos a la fecha, en este 2023.
Otro factor importante fue el regreso de las ventas de flotillas. Con pocos vehículos para entregar durante la pandemia, debido a la escasez de microprocesadores y problemas de logística a escala global – que en México aún persisten en algunos casos- las agencias daban prioridad a la venta a particulares, para sacar el mejor provecho posible, subir accesorios, presionar por venta de garantías extendidas, etcétera. Y los clientes de flotillas, acostumbrados a recibir descuentos por volumen y a adquirir vehículos austeros, apenas volvieron a encontrar las condiciones para comprar, lo que ayudó en mucho a que tengamos probablemente el mayor volumen de ventas en México desde 2018, cuando el mercado fue de 1.4 millones de unidades.
Para 2024, se espera que las cosas mejoren aún más, pero claro que no al mismo ritmo de este año, sino un crecimiento del orden de 7%. Para los que sí compraron autos durante la pandemia y hoy están buscando usarlo como enganche para hacerse uno nuevo, o simplemente quieren deshacerse de él para capitalizarse, la mala noticia es que compraron caro y lo tendrían que vender por mucho menos dinero de lo que pensaban recibir por su usado. Y esto se los comento no solo porque el mercado me lo informa a través de varias fuentes, sino porque yo mismo lo sentí en la piel. Mejor dicho, en la cartera.
Comentario
Master pásala súper gran abrazo
Mi admiración y respeto me encanta tu trabajo feliz navidad
Atte
Alejandro Fernández Martin