Las ventajas de una gran plataforma se perciben en esta compacta
Después de convivir por 3 meses con la Volkswagen Taos, nos quedan más que claras las ventajas del trabajo realizado en su plataforma, aún cuando existe ya una mejor.





Este tipo de pruebas no solo permite conocer a fondo un vehículo, sino que la interacción diaria te hace acostumbrarse —tal y como un cliente lo haría— a sus modos y maneras de hacer ciertas cosas, desde el funcionamiento del sistema de infoentretenimiento y su falta de botones físicos, hasta lidiar con el turbo-lag al momento de hacer incorporaciones o rebases.
Más allá del estilo obtenido en esta actualización, donde los detalles como ópticas LED y fascias amplias con detalles metalizados, rines de aluminio y hasta una paleta de colores más atrevida, con el color “verde vibrante” de nuestra unidad de prueba, los verdaderos atributos de esta SUV fabricada en México, residen en una amplitud muy bien lograda (incluso igual de espaciosa que una Tiguan más grande), y una seguridad completa con asistentes avanzados a la conducción disponibles desde la versión de entrada.
Sin embargo, al ser una especie de «Jetta con carrocería SUV”, la mayor de sus virtudes es definitivamente, el manejo. La Taos mantiene la vanagloriada plataforma MQB que ha dado sustento a tantos modelos del fabricante alemán, con un gran equilibrio entre sensaciones de manejo, aplomo y una suspensión cómoda con mucho recorrido, que permite filtrar muy bien las imperfecciones de las calles y carreteras.





La dirección, específicamente, otorga retroalimentación suficiente para saber los que pasa con las ruedas. Y el conocido motor de 4 cilindros 1.4 litros turbo con sus 150 HP y 184 libras-pie de torque, se lleva de maravilla con la caja automática de 8 cambios. Puede que pierda rapidez frente a una DSG (doble embrague), pero permite mayor refinamiento en ciudad y ayuda a controlar de mejor manera el retraso del turbo.
Es cierto que la versión Highline que tuvimos a prueba y sus $602,990 de precio de lista pueda descartarse en favor de una Tiguan Trendline (básica), incluso por unos pocos miles de pesos menos, cuya plataforma MQB Evo, es todavía más refinada y con mejores estaciones de manejo, pero, en la versión de entrada, una Taos por debajo de los 500 mil pesos, es básicamente imbatible, sobre todo, si disfrutas de manejar.





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