El nuevo modelo de “entrada” de Ferrari tiene nueva cara, nuevo nombre y un V8 al frente, aunque lo más interesante, puede ser el regreso de los botones al interior
La renovación de la gama de Ferrari se ha completado y desde el escalón de entrada, tenemos un nuevo integrante, bautizado tras las bellas costas del este de Italia y que busca integrar el estilo de diseño en todos los deportivos.









Si se presta mayor atención, es notorio que el nuevo Amalfi comparte muchos elementos con el discontinuado Roma, sobre todo, hablando de formas generales y proporciones, aunque con diferencias clave entre ambos.
El frontal se suma a la moda impuesta por el diseñador de la marca italiana, Flavio Manzone, cuya idea de evitar las “caras” en los coches, lo han llevado a integrar esta especie visor en el frontal que se extiende por delante del cofre para ocultar dentro de lo posible las ópticas y la parrilla en la parte baja.
Como buen coupé italiano de alto rendimiento, el nuevo “Baby Ferrari” mantiene una silueta esculpida con salivaderas muy pronunciadas que se combinan de manera magistral con la caída del techo y termina en calaveras dobles de estilo moderno, con un alerón activo que se disimula con el medallón. Asimismo, detalles como las manijas ocultas o, los rines de brazos perforados fabricados de una sola pieza de aluminio, suman al estilo del modelo.



Por dentro, las formas orgánicas del tablero se repiten para al conductor y pasajero, con un cuadro de instrumentos digital y un volante con botones físicos de un lado y una pantalla táctil muy delgada para el pasajero.
Por su parte, la pantalla central ahora tiene orientación horizontal y una mejor respuesta a los mando táctiles. Asimismo, el túnel de transmisión da lugar a una elegante consola central flotante con el selector de marchas y un lugar para colocar la llave en forma del logotipo del cavallino rampante.
Claramente, la cabina es súper personalizable, con una amplia gama de materiales, colores y texturas a elegir, entre las que se existe la fibra de carbono, que se ve especialmente bien en ciertas adiciones.

Al ser el sustituto de Roma, la mecánica se coloca el frente y se trata del conocido V8, de 3.8 litros Twin-Turbo, que ahora es capaz de generar 631 HP, es decir, 19 caballos más que el Roma, mientras que el torque, se queda en unos nada despreciables 561 lb-pie que se controlan mediante una caja automática de doble embrague y 8 velocidades, con tracción trasera.
Los ingenieros de la marca italiana lograron el aumento en prestaciones, gracias a la utilización de componentes del motor más ligeros, como los árboles de levas y un bloque de motor maquinado de manera precisa, así como una calibración mejorada para el turbocargador.
Esto, adicionado a sistemas novedosos como el sistema de frenos electrónico heredado del 296 y 12Cilindri, así como los elementos aerodinámicos, como el mencionado alerón que puede generar más e 100 kg de downforce a 250 km/h, permite acelerar de 0 a 100 km/h en 3.3 segundos.
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