Sergio Oliveira
Hace unas semanas, Iván vio uno de sus preciados Mercedes-Benz antiguos absolutamente lleno de lodo, luego del paso del fenómeno meteorológico DANA en Valencia, España. Amante y conocedor de los coches, quitó el agua del motor, verificó el nivel del aceite, puso una batería nueva y el auto arrancó, para sorpresa de muchos, principalmente de los más jóvenes. “Así eran los autos antes”, comentaran muchos en internet, donde el tema se volvió viral. “Cuando los Mercedes eran sinónimo de calidad”, decía otro más. “Hoy los autos son desechables, no hechos para durar”, añade un tercero. Lo más interesante es que todos tienen la razón.
Imaginemos que alguien en las mismas circunstancias, encontrara una vieja computadora. Si los sistemas internos hubieran de alguna manera podido permanecer libres de agua, tal vez fuera incluso posible prenderla, pero no se podría conectarla a internet, ni instalar nuevos programas, puesto que ya no existen “drivers” para sistemas operativos tan antiguos. Esto va a pasar eventualmente con los autos. Claro, siendo un coche una herramienta mucho más cara que una computadora, es posible que alguna empresa encuentre negocio en dedicarse a escribir códigos compatibles. El detalle es que cada vez más los autos se asemejan a computadoras que, casi por casualidad, tienen ruedas, por lo que nos llevan de un destino a otro, pero la electrónica limita su vida útil de una manera que antes no pasaba.
La electrónica ya es parte de nuestros autos desde hace buen rato, es cierto. Los módulos de control de las cajas automáticas son un ejemplo y ya tienen más de 20 años como parte importante de las transmisiones modernas. Gracias a ellos, se mejora el desempeño dinámico y se disminuye con consumo de combustible, algo que los legisladores en todo el mundo insisten en exigir, como si existiera la certeza de que el clima cambia debido a la acción del hombre. Aunque ésta ya es otra historia. Hoy, sin ese módulo, es muy difícil conducir el auto y la transmisión podría dañarse permanentemente. Es la electrónica comandando la mecánica y haciéndose indispensable.
Control absoluto
El motor también usa una CPU, que controla el tiempo de ignición, las emisiones, la inyección de combustible y la respuesta del acelerador, entre otras cosas.
La seguridad también está a cargo de la electrónica. Es la computadora que determina cuando y si las bolsas de aire deben abrirse o no. También ayuda en la conducción con los controles electrónicos de tracción y estabilidad. Las ya famosas ADAS (Advanced Driving Assistant Systems) también ayudan al auto a mantenerse en su carril, alertando al piloto en caso de una maniobra involuntaria e incluso intercediendo en el volante, para ayudar a que el vehículo se mantenga en su carril.
Las computadoras detectan si hay lluvia y automáticamente prenden los limpiaparabrisas. Perciben si viene un auto en sentido contrario en la carretera y bajan las luces. Identifican cuando el piloto pisa con más velocidad el pedal del freno y aplican la fuerza máxima, incluso si la usada por el conductor no fue suficiente.
Los frenos tienen rato que son controlados por las computadoras, principalmente por el sistema ABS, que aplica fuerza total y luego la quita alrededor de 12 veces por segundo, permitiendo que el auto maniobre durante el proceso de frenado. Pero ese control va a aumentar en el futuro. Con los coches eléctricos y en algunos híbridos, el auto baja su velocidad cuando se quita el pedal del acelerador, lo que se denomina “manejo con un solo pedal”. Pero este frenado regenerativo será mucho más fuerte en poco tiempo, permitiendo que el auto se detenga completamente y trabajando en conjunto con los los discos de frenos.
Los autos se comunicarán entre ellos. Conocerán su velocidad y trayectoria, para evitar accidentes.
La electrónica hace los autos mejores, más seguros, menos contaminantes. Pero también los hace más pesados, caros y con mucho menor tiempo de vida. Poner unos simples frenos ABS en un auto que nunca los tuvo es posible, pero inviable económicamente. Si vuelve a ocurrir una DANA (Depresión Aislada de Niveles Altos) en 30 años, un auto fabricado hoy difícilmente podría hacer lo que hizo el Mercedes W123 de Iván, en Valencia. A menos que la tecnología evolucione aún más y los autos sean resistentes al agua, como ya casi lo es el Yangwang U8. Aún así, habrá que ver si las computadoras podrán actualizarse o si los autos, como las computadoras, pasarán a ser desechables.
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