Esta versión de la Blazer va a complacer a los que buscan un eléctrico en su categoría
Es cierto, los gustos son rotos en los géneros, pero por lo que vimos con nuestros ojos y escuchamos de otros, a muy pocos no les parece bonita la Blazer EV. Y esto es lo principal en cualquier vehículo. Si a partir de ahí el cerebro fue convencido -o doblado- por la pasión, ya es otro tema.
Sí, la parrilla solo tiene propósitos estéticos, pero vaya que funciona. Los costados sinuosos ofrecen un dinamismo poco visto en cualquier SUV o crossover. Detrás de las salpicaderas delanteras, vemos una concavidad que sugiere que bajo el cofre hay un gran motor, con muchos cilindros, potencia y capacidad de emitir sonidos que nos llegan directo a las entrañas antes que al corazón, como algún día dijo John Lennon sobre el rock and roll. Pero en realidad hay uno de los motores eléctricos, que no emiten ruido pero aceleran más rápido de lo que el ex-Beatle fue capaz de pronunciar: “Help”.
Por dentro, la Blazer se mantiene tan agradable como por fuera, con gran espacio en sus dos filas de asientos, al igual que para el equipaje. El equipo es abundante, con pantallas con sistema Google integrado al que, desafortunadamente, le falta CarPlay y Android Auto, un deal breaker para algunos. Los asientos son cómodos, hay buena visibilidad, la posición de conducir es correcta y hay techo panorámico.
Del lado de la seguridad tenemos ocho bolsas de aire, control electrónico de estabilidad y asistencias electrónicas a la conducción, como frenado automático de emergencia, alerta de tráfico cruzado y asistencia de cambio involuntario de carril, entre otros.
Manejo
El rodar es más orientado hacia al que busca deportividad que confort, lo que la hace encajar mejor en las carreteras estadounidenses que en las mexicanas pero, vamos, pese a que está hecha en México, su principal mercado es el vecino del norte. No llega, dejemos claro, a ser incómoda, pero la suspensión puede mostrarse algo seca en baches más profundos si se cae en ellos a una velocidad un poco mayor.
La autonomía es 449 kilómetros, según Chevrolet. Su potencia es equivalente a 331 caballos de fuerza y el torque es de 346 libras-pie. La tracción integral se suma al bajo centro de gravedad debido a las baterías en el piso, para hacer que incluso en pavimento mojado, como nos tocó en la prueba de manejo de la Ciudad de México hacia Valle de Bravo, la Blazer EV se siente estable, sólida, con buen aplomo.
Por supuesto que los rebases se logran sin mayor esfuerzo, pero que no se espere un comportamiento dinámico explosivo de la versión RS, la única que se vende en México en este momento, directo de la planta de Ramos Arizpe, en Coahuila. Más tarde, si el mercado se muestra receptivo, es posible que Chevrolet abra las puertas para la llegada de la SS, con sus 557 caballos de fuerza.
¿Es necesaria toda esa potencia para divertirse en una Blazer eléctrica? Realmente, no. Con su belleza, equipo y espacio, tenemos. Pero, ya saben, dinero, salud, amor y caballos de fuerza, nunca sobran.
Sergio Oliveira/Ciudad de México
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